MI VIEJO SEISCIENTOS

miércoles, 25 de febrero de 2009


MI VIEJO SEISCIENTOS




Poco tiempo después de tener el carné de conducir, tuve la suerte de encontrar muy barato, un viejo “seiscientos”, pero que eso si, andaba perfectamente. Como saben todas aquellos que han nacidos apenas iniciada la segunda mitad del siglo veinte, en la mayoría de los casos, solo teníamos dos opciones si queríamos hacer uso del recién estrenado carné, o que papá nos prestara su coche o la que yo tomé, buscar uno viejo. ¿Coche nuevo?, eso ni siquiera se planteaba, incluso casi, ni en las familias de dinero.
Pero mi seiscientos, andaba muy bien, cuesta abajo llegaba a alcanzar los ochenta kilómetros hora, y cuesta arriba… subía.
Las carreteras, tampoco eran las de hoy, había que tener buenos frenos, para atreverse en la bajada, con la cuesta del carambolo, pero…bueno, yendo despacito no había problema.
Por entonces para entrar en Sevilla por el patrocinio, a la zona Centro o a Triana, solo estaba el antiguo puente, que ya no existe, se quedó muy chico y anticuado, pusieron otros dos, uno para entrar y otro para salir, con muchos mas carriles para circular.
Una vez dejado atrás el puente, se podía seguir hacia el centro, bien por chapina e incluso por la calle Castilla, que durante aquellos años era de doble sentido.
Semáforos apenas habían, pero en los nudos importantes, estaba ese guardia municipal con aquel típico casco blanco en forma de palangana, dirigiendo el tráfico.
Cuando se llegaba al centro, hasta se encontraba aparcamiento, eso si, con un poquito de suerte
Después de todas estas aventuras, no lo van a creer, desde Tomares al centro de Sevilla, se podía tardar, entre cinco y diez minutos, en hora punta.
Hoy, con coches que llegan a los doscientos km hora, con varias autopistas rápidas, y con semáforos en algunos casos “inteligentes”. Para igualar aquellos tiempos de entre cinco y diez minutos, tendríamos que hacer el recorrido a las cuatro de la mañana.
Por favor podría explicarme alguien, “Que es el progreso”